miércoles, 24 de febrero de 2010

ESTUDIOS PRELIMINARES SOBRE LA ANOREXIA Y BULIMIA EN LOS PRIMEROS ESCRITOS FREUDIANOS * - Primera parte

* Este trabajo fue presentado en la XV Jornada de Investigación y el Cuarto Encuentro de Investigadores del Mercosur (Buenos Aires-2008) por:
Edit Beatriz Tendlarz – Osvaldo Rafael Rodríguez– Alicia Donghi -
Ezequiel Weitzman - Gastón Gómez


En los primeros escritos de Freud encontramos en las distintas neurosis y en la melancolía síntomas anoréxicos y bulímicos, relacionándolos con perturbaciones en la práctica sexual actual de los pacientes en la neurastenia y en la neurosis de angustia; en la histeria cuando la defensa se dirige contra una/s representaciones de tinte sexual que producen un desprendimiento de displacer; con una pérdida de libido en la melancolía; y más tarde cuando conceptualiza la pulsión con la modalidad pulsional y la zona erógena en juego.Por ejemplo, Freud comenta un caso de neurastenia (que se caracteriza por un empobrecimiento libidinal) en un hombre de 34 años que desde hace tres está inapetente y que ha perdido veinte kilos, “un hombre de potencia sólo moderada, frígido” (Freud, 1896). Se puede pensar en este caso la presencia de un síntoma anoréxico. Con respecto a la neurosis de angustia, Freud elabora una extensa sintomatología clínica en la cual menciona varias veces los “ataques de hambre insaciable y vómitos” (Freud, 1894: 92 a 99) que se pueden ubicar más del lado de un síntoma bulímico. La especificidad de estas neurosis (llamadas luego “neurosis actuales”) se encuentra en “un desorden de la vida sexual actual” (Freud, 1896b: 149.), y en que no se produce una tramitación psíquica de la tensión sexual, diferenciándose así de la histeria. Aunque la sintomatología de estas tres neurosis sea semejante, Freud las diferencia unas de otras por un empobrecimiento de excitación (neurastenia) y una acumulación de excitación (neurosis de angustia), en tanto que ésta última se diferencia de la histeria en que: “…aquí como allí, en vez de un procesamiento psíquico interviene una desviación de la excitación hacia lo somático; la diferencia reside meramente en que la excitación en cuyo desplazamiento {descentramiento} se exterioriza la neurosis es puramente somática en la neurosis de angustia (la excitación sexual somática), mientras que en la histeria es psíquica (provocada por un conflicto)” (Freud, 1894: 114) Hay varias referencias de síntomas anoréxicos relacionados con el asco ante los alimentos en la histeria, como son los casos de Anna O., Emmy von N. y Dora entre otros. En Anna O. ubicamos algunos fragmentos: “Ahora se rehusaba por completo a comer; pero permitió que yo la alimentara, de suerte que su nutrición fue en rápido aumento. Después que se le suministraba comida, nunca omitía lavarse la boca, y lo hacía también cuando por una razón cualquiera no había comido nada”. O “La paciente sufrió mucho a causa de la sed; entonces, y sin que pudiera indicar razón alguna, de pronto se le volvió imposible beber. Tomaba en su mano el ansiado vaso de agua, pero tan pronto lo tocaban sus labios, lo arrojaba de sí como si fuera una hidrofóbica” (Freud, 1893-95a: 52.)En el caso de Emmy von N., Freud comenta, sobre la anorexia de nuestra enferma: “Si come apenas es porque no gusta de hacerlo; y no puede obtener gusto alguno del comer porque ese acto está en ella enlazado de antiguo con recuerdos de asco, cuyo monto de afecto no ha experimentado todavía aminoración alguna” (Freud, 1893- 95 a 108). Freud indica que la paciente tiene pensamientos referidos a que se le iba a arruinar el estómago por tomar agua mineral. Se producía el levantamiento de estos síntomas (tanto en Anna O como en Emmy von N.) cuando se reconducían a vivencias traumáticas pasadas y el paciente lograba convocar el afecto que había quedado estrangulado en esas vivencias y expresarlo en palabras, por medio de la abreacción o por sugestión médica (Freud, 1893-95b: 29 a 43.) Así la hidrofobia de Anna O. se levantó cuando, en estado de hipnosis, relató una vivencia que le produjo repugnancia al ver a un perro beber de un vaso (Freud, 1893-95a: 58.) Y la anorexia de Emmy von N. al relatar que de niña, cuando se portaba mal en la mesa y no quería comer, la madre le hacía comer luego de dos horas el mismo plato de carne pero ahora fría. Ella sostiene que ver la grasa rígida le producía asco.
Llama la atención que Freud ya en 1895 se estuviese ocupando de cuestiones del cuerpo, cuidándolo de alguna manera. Refiriéndose a Emma, dice: “Prohibí que arrojara al jardín el postre. Ella todos los días lo tiraba, era un ritual.”

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