miércoles, 30 de abril de 2014

El ballet de la hija, la madre y la mujer.* - Cuarta parte

La reina madre exige a su hijo que elija esposa entre las jóvenes, él piensa en Odette y se niega, pero en ese momento entra un noble desconocido, es el mago con su hija Odile.
El príncipe, hechizado por el mago cree ver en Odile a Odette y la escoge como esposa.
Robarth se descubre y muestra a Odette a lo lejos. Sigfrido se da cuenta de su confusión y corre desesperado al lago.
Odette, al descubrir que Sigfrido ha guardado amor eterno a otra, y que por lo tanto el hechizo no puede ser roto, se suicida.
En la trama del film, el sueño de Nina que reproduce esta natural y bien lograda interpretación del cisne blanco, caracterizado por la ino histsu cencia oria del lago de los cisnes, es realizado en lo real: Odette, la elegida por el príncipe, la que portaba la sensualidad del cisne negro, se suicida.
¿Por qué?, nos preguntamos.
¿Por qué Nina se corta de la vida en el momento en que era ovacionada por el público por su baile bien logrado, qué la llevó a ese acto si ella logró ser elegida por el director del Ballet para representar la Reina de los cisnes, por qué no pudo hacer uso del lugar que tanto esfuerzo le llevó conseguirlo?
¿O tal vez ella terminó con su vida ofreciéndose a la mirada de la madre como su objeto-niña perdido en lo real?

miércoles, 23 de abril de 2014

El ballet de la hija, la madre y la mujer.* - Tercera parte

*por Graciela Giraldi.

De entrada, el film comienza con el relato de un sueño de la joven, donde se pone en juego la necesidad de ser amada, cuestión que caracteriza la problemática femenina: “Tuve un sueño muy raro anoche, sobre la chica que se convertía en cisne. Necesitaba amor para romper el hechizo. Pero su príncipe se enamora de la chica equivocada, así que se suicidó.”
La historia de esta película es una versión moderna del lago de los cisnes, en la cual el príncipe Sigfrido es demandado por su madre a escoger una esposa entre las muchachas que estarán en la fiesta que ella le preparará.
La voluntad materna de casarlo amilana al príncipe y sus amigos deciden invitarlo a ir de caza.
En el bosque, cerca del lago comienzan a salir del agua unos cisnes que se van convirtiendo en hermosas jóvenes, él se queda flechado por Odette, su reina.
Ella le cuenta que fue transformada en cisne junto con sus compañeras por el malvado mago Rothbart, que vuelven a su forma humana por las noches y que el hechizo de ella sólo puede romperlo quien le jure amor eterno.
Pero cuando Sigfrido le va a jurar amor eterno aparece el mago R. quien convierte a las jóvenes nuevamente en cisnes para evitar que el príncipe rompa el hechizo.
Como estaba previsto, se celebra la fiesta en el castillo donde el príncipe deberá elegir esposa.

miércoles, 16 de abril de 2014

El ballet de la hija, la madre y la mujer.* - Segunda parte

*por Graciela Giraldi.

Dado que el arte interpreta las cuestiones humanas, y le enseña al psicoanálisis que lo que no puede ser dicho con palabras se lo puede mostrar, nos apoyaremos en la película titulada “El cisne negro”, dirigida por Darren Aronofsky, en tanto que en la trama de dicho film salta a la vista el lazo tortuoso que la protagonista Nina mantiene con su madre, lo que se extiende también a su relación teñida por la envidia con dos de sus compañeras del ballet.
El drama de Nina nos muestra su fascinación por la madre sin fallas, lo que le impide a Nina acceder a su sexualidad femenina separándose de ese lugar dado por su madre: su niña adorada, su falo.
Nina espera demasiado de esa madre, pero no solamente ser reconocida por realizar el Ideal materno de representar en la danza a la Reyna de los cisnes, lugar que su madre anhelaba para sí misma, un deseo que dejó truncado; sino que Nina espera de la madre lo imposible: que le diga cómo ser una mujer, lo que ninguna madre puede decir, simplemente porque no existe un saber sobre el ser mujer que se pueda trasmitir de una a otra.
Nina rechaza tomar contacto con ese agujero de saber en relación al ser mujer, ante lo cual cada una debe inventarse.

miércoles, 9 de abril de 2014

El ballet de la hija, la madre y la mujer.* - Primera parte  

*por Graciela Giraldi.



Sabemos desde Freud que el acceso a la sexualidad femenina implica dejar de ser la nena de mamá, y con Lacan que la maternidad no define a las mujeres, como tampoco la anatomía, ni el género al cual se pertenece.
En la práctica analítica lacaniana constatamos que no es teniendo hijos que las mujeres acceden a su femineidad, en tanto la solución maternal del tener es más bien lo opuesto al ser mujer, respuesta que la histérica busca encontrar en la Otra mujer: ¿Qué es ser una mujer?
El psicoanálisis aloja desde el inicio algo insoslayable y estructural en el trabajo analizante, y es el replanteo que se hace la hija de su relación con la madre en su abordaje a la sexualidad femenina.
Mediante estas cuestiones que son llevadas al diván por las analizantes mujeres cada una va tejiendo su hacerse mujer sesión por sesión, y con su propio estilo, dando cuenta de la variedad de anudamientos que se realizan en el abordaje a la femineidad.

"El Muro": ¿discurso sin diferencia?


miércoles, 2 de abril de 2014

Autismo: El psicoanálisis ante las declinaciones de la salud mental * - Última parte

*Por Silvia Comastri

Lo que el Psicoanálisis enseña a las neurociencias sobre el autismo infantil
El origen del autismo continúa siendo desconocido. Las investigaciones científicas están muy lejos de ser concluyentes y una de las dificultades para establecer las causas yace en las dificultades del diagnóstico mismo, por eso se habla de “espectro autista”. Por esta razón, El DSM V en su nueva versión propone eliminar el ítem Asperger previendo introducirlo dentro del espectro de los autismos.
Según refiere E. Laurent, en su reciente publicación sobre el tema, Independientemente de la causa del autismo, el cuerpo de un niño autista está habitado por un sujeto que responde de una manera singular y única a los avatares de su padecimiento. De este sujeto se ocupa el psicoanálisis. Tanto si su “trastorno” se debe o no a mutaciones genéticas o desconexiones hormonales; el sujeto debe igualmente responder a todo ello. El psicoanálisis se ocupa de la respuesta que es lo propiamente humano del ser. Una respuesta única e irrepetible marcada sin duda, por las contingencias vitales de cada uno. Según refiere E. Laurent en la actualidad se ha renunciado al esfuerzo al que nos invitaba Lacan en 1975 “seguramente hay algo para decirles”.
Se trata de permitir al sujeto separarse de su estado de repliegue homeostático sobre el cuerpo encapsulado y pasar de un modo de “subjetividad “del orden del autismo a dos. Convertirse en un nuevo partenaire del niño autista por fuera de toda reciprocidad imaginaria y considerando la ausencia de la interlocución simbólica.
Eric Laurent recaerá en la importancia de obtener el instante de atención en el cual el sujeto absolutamente indiferente entra en un momento dado en relación o huye de la relación, pero que cesa en su indiferencia o cesa la repetición exacta de un mismo modo de relación con el Otro.
Se pretende evitar que el sujeto quede constreñido por estos fenómenos a una repetición infinita. Programas de reeducación como el TECCHH evitan esa repetición provocando una nueva constricción, esta vez con el método de reeducación.
Decimos con Judith Miller que Para el psicoanálisis de la orientación lacaniana en ningún caso se trata de dejar al niño ser el juguete, por ejemplo de sus estereotipias, repeticiones, ecolalias; considerándolas como un primer tratamiento elaborado por el niño para defenderse; se trata de introducir allí, en una presencia discreta, nuevos elementos que van a complejizar “el mundo del autismo”.
A diferencia de aquellas prácticas que apuntan a la normalización y a la compensación de aquello que es entendido como un déficit o desadaptación de conductas; la orientación lacaniana introduce la vía de la enunciación. Se propone elevar aquello que para el sujeto funciona como solución o defensa a la condición de una metáfora de la posición subjetiva, elevar el problema del autismo a una condición de sujeto; poniendo en relieve las soluciones que el mismo sujeto proporciona. Dejarse enseñar por aquello que el sujeto autista nos proporciona pero también por aquello que el psicoanálisis enseña a quienes lo practicamos en tanto es una terapéutica que constituye una potente herramienta para situar su acción respecto de los sujetos autistas, en la adecuada distancia de los ideales de normalización o de normalidad. Condición ineludible para el alivio del sufrimiento en una infancia descarnada donde prima lo real.

Referencias bibliográficas:
Miller, Jacques-Alain: Los signos del goce. Ed. Paidòs. Bs. As. 2010.
Laurent, E: El sentimiento delirante de la vida. Colección Diva, Bs. As, 2011.
Tendlarz , E : Una clínica posible del autismo infantil. Grama, Bs.As 2012
Gorostiza: , L Prologo del libro – Psiquiatría y Psicoanálisis. Ed. Grama. Bs. As 2007.
A Varios: DSM IV, Manual Diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Ed. Masson. Barcelona. 1995.
Iacobini, Marco: Las neuronas espejos: empatía neuroliptica,autismo,imitación o de cómo entendemos a los otros. Ed. Kats. Madrid 2009.
Fernández, Álvarez: Fundamento de un modelo integrativo en Psicoterapia. Paidos.