miércoles, 29 de febrero de 2012

“Caso P. : El escándalo mudo”* - Primera parte


*Por Gustavo Stiglitz (AME –EOL) – Artículo publicado en el “Aperiódico Psicoanalitico”

Cuando algo no encuentra su lugar en el Otro, es escandaloso. El caso de P es un escándalo silencioso del lado del sujeto, y a gritos del lado de la madre.
Es una joven de 19 años adoptada al nacer. Fue la madre la que empujó para la adopción. Su padre adoptivo no quería tener hijos, estaba absolutamente dedicado a su profesión. Digamos que estaba casado con ella.
Primera dimensión del escándalo: el rechazo del Otro, cuya marca ningún acto, ya sea de amor, sintomático, reparatorio, puede borrar del todo.
El padre, que actualmente tiene una buena relación con su hija, sigue prefiriendo su desarrollo profesional y deja a la madre sola.
Sin freno, las exigencias maternas son una demanda desatada que la transforman en paradigma del cocodrilo lacaniano. La madre que todo lo da, incluso su boca para devorar al hijo.
No habiendo ninguna interdicción a este goce materno, la única que la hija encuentra es su propio “no”.
No estudio, no me baño, no me pongo la ropa que me pides, no te contesto bien, no respondo a tus horarios y en el extremo, no deseo nada.
El padre aporta, a pesar de todo, una vía de escape a ser el falo materno: el deporte.
Juegan juntos, P lo superó ampliamente, compite y quiere dedicarse a la enseñanza del deporte. Lo que lo frena es la “fiaca”, formación de compromiso que sirve de defensa de la demanda materna a la vez que la convoca a un espiral infinito. La fiaca es también un hacerse pedir.

miércoles, 22 de febrero de 2012

EL SUJETO EN LA OBESIDAD* - Última parte

*Trabajo presentado en el Sexto Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur (2010) por Juan Pablo Martin Mogaburu, Natalia Loprete y Cecilia Mastropierro.

Lacan en el Seminario 10, dice que el síntoma debe constituirse en su forma clásica para poder salir de él vía el significante. “…Para que el síntoma salga de su estado de enigma todavía informulado, el paso a dar no es que se formule, es que en el sujeto se perfile algo tal que le sugiera que hay una causa para eso…” (Lacan, 1963, 303). Esto implica salir del puro autoerotismo que Lacan llama goce del idiota (Lacan, 1973, 114), para poder construir un síntoma, percatándose de él, como sujeto responsable. 
Ahora bien, si el síntoma se basta a sí mismo, ¿cómo hacerlo entrar en el análisis?, ¿cómo hacer devenir un síntoma analítico? Para ello, entonces, tendrá que devenir un síntoma dirigido al Otro.
Para el psicoanálisis, se tratará entonces de la puesta en forma del síntoma y no de la puesta en forma del individuo, se tratará de abrir la vía para reconocer allí la función que tiene para cada quién “la obesidad”, es decir, de introducir en el autoerotismo la dimensión significante, y con ello, en ese desfiladero por la palabra, apostar al sujeto, aquel que se desvanece entre la ciencia y el discurso médico. 

Notas:
(1) Esta cuestión fue abordada en detalle por MARTIN MOGABURU, JP; OLDECOP, A; SILVA, B; TENDLARZ, E; GOMEZ, G: “Anverso y reverso de una Ley: Algunas reflexiones”, en Memorias del I Congreso internacional de investigación y práctica profesional de psicología Tomo III, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Psicología, 2009. Artículo publicado también en formato virtual en: http://a-nomia.blogspot.com/2011/01/anverso-y-reverso-de-una-ley-algunas.html 
(2) M. es llevado a la consulta por su mamá quien está preocupada por su comportamiento: M. contesta mal, hace berrinches, está cansado de que lo carguen y le digan “grandote, gordito” a lo que responde llorando o pelándose con compañeros.La mamá no sabe como responder a los “pedidos continuos” de M. de juguetes y “otras cosas”, objetos en cuya lista se inscribe la comida. “Hay que pedirle que deje de comer, no se llena, nunca se conforma” según sus palabras.

Bibliografía:
FREUD, Sigmund: “Conferencia 17: El sentido de los síntomas”, en Obras Completas Vol. 16, Amorrortu, Buenos Aires, 1984.
FREUD, Sigmund: “Conferencia 23: Los caminos de la formación de síntoma”, en Obras Completas Vol. 16, Amorrortu, Buenos Aires, 1984.
FREUD, Sigmund: “Más allá del principio del placer”, en Obras Completas Vol. 18, Amorrortu, Buenos Aires, 1984.
LACAN, Jacques: “Seminario 10: La angustia”, Paidos, Buenos Aires, 2006.
LACAN, Jacques: “Seminario 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”, Paidos, Buenos Aires, 1987.
LACAN, Jacques: “Seminario 16: De Otro al otro”, Paidos, Buenos Aires, 2008.
LACAN, Jacques: “Seminario 20: Aún”, Paidos, Buenos Aires, 2008.
LACAN, Jacques: “Psicoanálisis y medicina” en Intervenciones y Textos I, Manantial, Buenos Aires, 2006.
MILLER, Jacques-Alain: “Curso del 16 de Enero de 2008”. (Inédito).
MILLER, Jacques-Alain: “Curso del 19 de Noviembre de 2008”. (Inédito).
MILLER, Jacques-Alain: “Introducción al método psicoanalítico”, Eolia-Paidos, Buenos Aires, 1997.
MILLER, Jacques-Alain: “Seminario de Barcelona” en Freudiana 19, Escuela Europea de Psicoanálisis (EEP).
TENDLARZ, E; GOMEZ, G; MARTIN MOGABURU, JP; OLDECOP, A; SILVA, B: “Anverso y reverso de una Ley: Algunas reflexiones”, en Memorias del I Congreso internacional de investigación y práctica profesional de psicología Tomo III, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Psicología, 2009.
http://www.who.int/es/. Página de la Organización Mundial de la Salud, consultada el 5 de abril de 2010.
http://www.hcdn.gov.ar/. Página de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, consultada el 8 de abril de 2010. 


miércoles, 15 de febrero de 2012

EL SUJETO EN LA OBESIDAD* - Séptima parte

*Trabajo presentado en el Sexto Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur (2010) por Juan Pablo Martin Mogaburu, Natalia Loprete y Cecilia Mastropierro.

El síntoma en la obesidad 
Para hablar de síntoma en psicoanálisis, es necesario apelar al sentido. Ir de la satisfacción pulsional, al goce hallado en el síntoma. Es decir, que a la exclusividad en el objeto y fijación libidinal en donde el acto de comer se satisface, debe añadirse la vertiente del sentido, del sentido singular del síntoma. Y, este sentido se explica por el significante.
La obesidad está en los listados de las llamadas nuevas patologías; patologías del acto, del consumo, propias de nuestra época. Son aquellas de la pulsión, en donde parece que no hay lugar a una formación del inconciente como para hablar de un síntoma en sentido analítico; en tanto que a pesar de que eso habla, el sujeto no dice nada al respecto. Así, podemos pensar, que en el acto compulsivo de comer, lo que no sale de la boca como pregunta por el deseo del Otro, ingresa en forma del objeto comida para sellarla. Cuando el sujeto quiere adelgazar, comienza el desfile de consumo de diferentes tratamientos y terapias (consumo de la oferta tecnológica) que intentan remover el síntoma (en el sentido médico del término) sin operar su causa, lo cual culmina en ciertos casos con una práctica real sobre el cuerpo, como si el cinturón gástrico pudiera poner al “hambre” en su sitio.

miércoles, 8 de febrero de 2012

EL SUJETO EN LA OBESIDAD* - Sexta parte




 *Trabajo presentado en el Sexto Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur (2010) por Juan Pablo Martin Mogaburu, Natalia Loprete y Cecilia Mastropierro.

Podemos decir entonces, que hay algo más que “invita” a comer y que no es el hambre y hasta decimos que hay un más allá de la necesidad biológica, en tanto se trata de un sujeto del deseo.
Sobre eso nos dice M., un niño de 10 años, quien tras el recorrido por médicos y nutricionistas, la sugerencia de eliminar ciertos alimentos, sustituirlos por otros y la referencia obligada a hacer ejercicios, grita entre sollozos “que sabe el médico de mi hambre” (2).
Entonces, la obesidad como síntoma, podría pensarse en tanto síntoma de la época; época en la cual los individuos son nombrados para seguir gozando de todo aquello que el mercado oferta, y, este goce, nos presenta un sujeto consumido en su acto de consumir, lo que deja como saldo, un individuo objeto del consumo. 

miércoles, 1 de febrero de 2012

EL SUJETO EN LA OBESIDAD* - Quinta parte

*Trabajo presentado en el Sexto Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur (2010) por Juan Pablo Martin Mogaburu, Natalia Loprete y Cecilia Mastropierro.

Parece ser que el hambre en la obesidad, deja lugar al atracón, que comúnmente es llamado angustia oral, pero, es un acto que justamente evita la angustia, si decimos que actuar es quitarle a la angustia su certeza (Lacan, 1963). En tal sentido, el sujeto obeso, puede decirse es preventivo en tanto previene un vacío, un encuentro con la imposibilidad estructural. Un acto que daría cuenta de un no querer saber nada acerca de la falta, un atraco al deseo. En otras palabras, se impone un siempre lleno, una im-postura en donde el hambre, necesariamente remite a otro objeto por más que este se instale en la comida. Es el objeto de la pulsión, anclado en la ilusoria creencia en la posibilidad de la satisfacción plena: la existencia de la relación sexual, de la posibilidad de adecuación. Freud en “Más allá del principio del placer” dice en relación a la pulsión : “… nunca cesa de aspirar a su satisfacción plena, que consistiría en la repetición de una vivencia primaria de satisfacción; todas las formaciones sustitutivas y reactivas, y todas las sublimaciones, son insuficientes para cancelar su tensión acuciante, y la diferencia entre el placer de satisfacción hallado y el pretendido engendra el factor pulsionante, que no admite aferrarse a ninguna de las situaciones establecidas, sino que, en las palabras del poeta, ” (Freud, 1920, 42). Esto da cuenta de este fracaso y éxito de la repetición; éxito en tanto ganancia de placer de otra índole en tanto hay satisfacción parcial, y fracaso en relación a la imposibilidad de ligazón de la pulsión en su satisfacción plena. Algo se satisface, pero no se cancela; continúa la búsqueda, en tanto no hay objeto adecuado. En relación a esto es que Lacan, en el seminario 16, nos dice: “El sujeto hace la estructura del goce, pero hasta nueva orden, todo lo que pueda esperarse de ello, son prácticas de recuperación. Es decir que lo que el sujeto recupera no tiene nada que ver con el goce, sino con su pérdida.” (Lacan, 1969, 104).