miércoles, 30 de mayo de 2012

Los niños y los síntomas del siglo XXI * - Cuarta parte


*Por Graciela Giraldi ( Psicoanalista - Miembro de la EOL y AMP)

Cambios en la familia
La misma familia del niño ha cambiado. Lo muestra la obra de teatro de Antonio Gasalla titulada "Más respeto que soy tu madre". La autoridad paterna caracterizada antiguamente por su dirección verticalista en la que reinaba el temor de los hijos, pasó a ser horizontal, donde la pareja de padres está enterada que asumir la autoridad ante los hijos es lo contrario del autoritarismo.
Dicha metamorfosis de la autoridad paterna tiene incidencias en el lazo actual de la familia del niño con el pediatra, el maestro, el psicoanalista. No hay que desesperar, nuestra civilización es más realista, porque se apoya en la inexistencia del padre ideal de todo saber y poder, el que nos ordenaría la vida y nos sacaría las papas del fuego.  Ese mismo agujero llama a la responsabilidad de cada practicante que responde a las problemáticas infantiles, haciendo uso de la invención en nuestro trabajo diario.La subjetividad de nuestra época no sufre porque las cosas no funcionan como quisiéramos, porque sabe que el malestar cultural es estructural. Nuestra civilización padece de los impasses generados por las falsas ciencias, cuando se evalúa, se clasifica y se etiqueta por igual a todos los niños y jóvenes en base a un protocolo de preguntas y respuestas pre-establecidas: fracasado escolar, drogadicto.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Los niños y los síntomas del siglo XXI * - Tercera parte


*Por Graciela Giraldi ( Psicoanalista - Miembro de la EOL y AMP)

¿Pero cómo son los chicos y las familias que hoy nos llegan al consultorio, con qué dificultades del lazo nos encontramos, y cuáles son las nuevas formas en que se manifiestan los síntomas de los niños y adolescentes? Observamos que los calladitos y reprimidos niños de anteriores épocas se transformaron en chicos parlanchines, sin miedos, desatados y hasta desafiantes muchas veces ante la autoridad de los adultos, lo que se manifiesta en el lazo con su pediatra y maestro.
El lugar del ideal que antes ocupaba el niño para sus padres rotó al lugar del niño como objeto de goce de la madre, de la familia y de la civilización. Estos niños "Amos" fascinan por un lado a los mayores porque parecen saber lo que quieren, pero por otro lado inspiran miedo a sus padres, quienes se muestran impotentes para ponerles límites. Los dejan pasarse de revoluciones en su excitación, y en ocasiones le piden al neurólogo que los medique por hiperactivo.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Los niños y los síntomas del siglo XXI * - Segunda parte


*Por Graciela Giraldi ( Psicoanalista - Miembro de la EOL y AMP)

Desde las neurociencias y las psicoterapias cognitivistas y del adiestramiento de la conducta, la salud mental se organiza excluyendo la subjetividad del paciente. De allí que se quiera abortar al síntoma: anorexia, bulimia, problemas de aprendizaje escolar, adicciones tóxicas, fenómenos psicosomáticos, angustia de pánico, autismo infantil, degradándolo a un trastorno (TDAH, TOC, síndrome de Asperger) a una disfunción o a alteraciones de la conducta, de la inteligencia, de la alimentación, etcétera.
Dichos rótulos sobre los fenómenos disfuncionales, al prescindir de la interrogación al niño sobre su padecimiento, no son diagnósticos, en tanto el arte de diagnosticar se apoya en el caso por caso.
Como al niño lo traen sus padres a la consulta, ellos nos hablan angustiados o desesperados sobre lo que consideran el síntoma de su hijo. Pero también tendremos que localizar qué dice el niño sobre cuál es su padecimiento.
La otra cara del buen uso del síntoma se pone en evidencia, por ejemplo, en el médico que no puede dejar de atender a sus pacientes, porque su querer curar es más fuerte que él mismo. O del niño que se traga los libros de cuentos, del joven que practica con pasión un deporte, etcétera.

viernes, 11 de mayo de 2012

Los niños y los síntomas del siglo XXI * - Primera parte


*Por Graciela Giraldi ( Psicoanalista - Miembro de la EOL y AMP)

¿Qué es la salud mental? Si bien la Organización Mundial de la Salud no dispone de una definición oficial científica, sí opone los términos de la salud mental a las enfermedades nerviosas. En la perspectiva psicoanalítica la salud mental no existe, en tanto los humanos estamos marcados en nuestro cuerpo y en nuestros pensamientos por las palabras, nos sostenemos en la vida con nuestros pequeños delirios, y sin llegar a ser psicóticos estamos todos un poco locos.
Según se aborde la cuestión del síntoma en los niños, se puede aliviarlo a cronificarlo. Es común que si un chico presenta problemas en la escuela se diga apresuradamente: síndrome de hiperactividad, sin que nadie le pregunte antes al niño: ¿qué te está pasando? En cambio, se medica y re-educa a todos los niños por igual.

miércoles, 2 de mayo de 2012

LA VIOLENCIA COTIDIANA* - Última parte


Según pasan los años; homenaje a Jacques Lacan

*Pablo Fridman (AP- EOL) – Artículo publicado en el Aperiódico Psicoanalítico

Cuando se intenta predicar una armonía del consumo, en términos de libre acceso a los objetos (el llamado libre juego de la economía), no se trata aquí ciertamente, de la posición del científico neutral, que partiendo de la forclusión del sujeto busca despejar un real, un real específico del cual intenta apoderarse. Se trata de una posición ideológica, pletórica de subjetividad no admitida como tal, que procura un retorno a un ideal imposible, el de una cultura sin malestar que se juega en un uso ilimitado del mundo, un “paraíso” virtual sin esfuerzos, ni dificultades. Frente a ésta ideología se ubican los desadaptados, los que no cumplen con las expectativas que los “expertos” sueñan. El aplastamiento de la diferencia y la compulsión al consumo, producen una violencia que implica el retorno del malestar en la cultura, de la peor forma. No se trata aquí de la sublimación, de los cambios, de las reformulaciones, sino del rechazo liso y llano, de la destrucción de los lazos por la destrucción misma, como una respuesta al malestar en sí misma. Es la paradoja del “todos consumidores”, y al mismo tiempo “el que no consume no existe”. El desafío del psicoanálisis es ofrecer un modo de soportar la inconsistencia del Otro, sin ceder al llamado al consumo despiadado de objetos de consumo, que implica una consumición violenta del sujeto.

La época, sin lugar a dudas produce una clínica, un modo de pensar la perturbación, de diagnosticarla y de tratarla. En el campo de lo psíquico no hay inmutables, lo que en la Edad Media era designado como conducta “piadosa”, hoy puede ser considerado un delirio místico; lo que en otro momento era parte de lo comunitario, de lo aceptado socialmente, hoy puede ser “desadaptativo” , o a la inversa. Que la violencia sea cotidiana, induce a la pregunta por la cultura que le da origen, que la produce, mas allá de la conmiseración, o de la queja vana.



Referencias bibliográficas:
  Aleman J.: Benetton, el horror, en “Cuestiones Antifilosóficas en Jacques Lacan”, Pág. 47, Buenos Aires: Atuel, 1993.
  Zizek S.: La suspensión política de la ética”, Pág. 14, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2005.
  Agamben G.: Profanaciones, Pág. 103, Buenos Aires: Adriana Hidalgo editora, 2005.
  Esposito R.: Bios, Buenos Aires, Ed. Amorrortu, 2006.
  Agamben G.: Estado de Excepción, Buenos Aires: Adriana Hidalgo editora, 2004.
  Laurent E.: El Nombre del Padre: psicoanálisis y democracia, en el libro Jacques Lacan Política y Psicoanálisis, Pág. 70, Buenos Aires: Ed. Nueva Visión, 2006.
  Foucault M.: Seguridad, territorio, población, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2006.
  Miller J-A: Una Fantasía, en Revista Lacaniana, Año 3 Nº3, Pág, 14, Buenos Aires: Ed. EOL, 2005.
  Freud S.: Malestar en la Cultura, en O.C., T. XXI, Pág. 85, Buenos Aires: Ed. Amorrortu, 1979.
  Según la expresión diagnostica del DSM IV (clasificación de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association).