viernes, 19 de junio de 2009

Entrevista a Oscar Zack* - Primera entrega




*AME de la Escuela de la Orientación Lacaniana. (EOL)
AME de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. (AMP)
Director de la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL)


Si se permite la ironía, hoy los denominados “trastornos alimenticios” están en boca de todos. Por un lado se los suele definir como patologías actuales, se han creado instituciones serias especializadas en este tipo de trastornos y hasta existen proyecciones estadísticas que indican cuántas personas perderán la vida en los próximos años a causa de estos males, pero por otro lado existen registros de casos de bulimias y anorexias desde los albores mismos de la psiquiatría. ¿En verdad existen hoy más casos de dichas patologías? ¿A qué se debe este fenómeno?


O. Zack: Hay que saber que los trastornos de la alimentación no son nuevos, pero la insistencia o el estatuto que tienen dichos trastornos sí lo son, son propios de la modernidad. En este aspecto considero que debemos ubicar aunque sea rápidamente algunas de las coordenadas de la época actual. Época que se caracteriza por la entronización de lo que Lacan definió como “discurso capitalista” y que Jacques-Alain Miller caracterizó como la “entronización del objeto a” en el cenit del mundo actual.
Ahora bien ¿Cuáles son algunas de sus particularidades y cómo se expresan algunos fenómenos de la época?
Es evidente que, en nuestro campo, la pretensión a la que apunta la modernidad es a la exclusión del síntoma, y lo que se busca, en consecuencia, es un rebajamiento o anulación de la particularidad de cada sujeto para incluirlo, así, en un conjunto universal.
En esta perspectiva, también observamos cómo la modernidad intenta reemplazar el concepto de angustia por el de depresión; su enunciación sería: todos depresivos.
Lo que se busca es ubicar, bajo la égida de conceptos poco específicos, en la lógica del para todos, los llamados síntomas actuales o nuevas formas de síntoma como la anorexia, la bulimia, las adicciones, etc., es decir, considerar ciertas patologías y su medicamento pseudo- especifico, para arribar a la certeza que en el mundo actual, de manera irremediable, somos todos consumidores.
Con el “todos consumidores” se pretende suturar la división subjetiva, es decir, suprimir el síntoma.
En la lógica del para todos, lo que se excluye es la búsqueda de la causa particular que determina el síntoma de cada quien.
Entonces nos encontramos en una suerte de paradoja. Por un lado, el intento de terapeutizar al conjunto del para todos, “todos anoréxicos”, “todos adictos”, “todos bulímicos”, es decir, hay una propuesta terapéutica medicamentosa para todos ellos. La contracara de esto es que a partir de las tecnociencias y la producción masiva de objetos de consumo, entre ellos los fármacos, se invita y se empuja a un consumo ilimitado.
Son los llamados gadgets, versiones del objeto a.
Hoy el objeto a se expresa fenoménicamente en los gadgets, y entre ellos encontramos uno de los objetos más ofertados por las tecnociencias conjuntamente con la industria farmacéutica, a saber: los psico-fármacos.
¿Cuál es el ideal y qué se busca con esta oferta? Un sujeto satisfecho, un sujeto colmado. Un sujeto que, acorde a los ideales de la época, sea un consumidor en exceso; esta es la propuesta del mundo capitalista actual.

(Esta entrada corresponde a parte de la entrevista publicada en el "Aperiódico Psiconalítico" a Oscar Zack)