miércoles, 21 de marzo de 2012

“Caso P. : El escándalo mudo”* - Última parte

*Por Gustavo Stiglitz (AME –EOL) – Artículo publicado en el “Aperiódico Psicoanalitico”

Qué objetos operan para P? En lo imaginario es el semejante como cuerpo a marcar.
A nivel del objeto como semblante de lo real es el objeto mirada el que ocupa el primer plano: cambia frecuentemente su look, exhibe  los objetos de marca que usa, la mirada del semejante que no se dialectiza en el campo de la palabra sino se reduce a un cuerpo a cuerpo. Cuerpo a marcar. Se trata de un golpe y otro y otro sobre un negro de mierda al que no puede ni ver.
Tras este objeto esta la voz. Hacerse pedir por la madre, hacerse decir por el padre en los partidos, insultar a la madre.
Es con esos objetos que P se mueve en el mundo. La transferencia puede ser la oportunidad para ampliar su horizonte y función de manera que  el lazo con el Otro haga lugar al amor y al encuentro sexual.
Para ello deberá caer su identificación al objeto rechazado para que ceda la insistencia de la repetición de ese mal encuentro.
¿Qué estatuto tienen en este sujeto síntoma e inconciente?
La fiaca, modalidad del rechazo, ¿es un síntoma? Lo es en tanto formación de compromiso, pero es un síntoma sin inconciente - salvaje, al natural – decimos.
Escandaliza al Otro – que busca en la demanda de psicoanálisis los significantes para nombrarlo - dejando imperturbado al sujeto.
El síntoma no es mensaje sino pura fijación
La apuesta es la inventar el inconciente, hacer nacer al Otro dando al síntoma una suposición de sentido para luego reducirlo a su pura función de operador. Esto es: abonarlo al inconciente.

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