miércoles, 13 de octubre de 2010

PERIODISMO Y VERDAD* – Primera parte




*por Gustavo Dessal. Nacido en la Argentina, reside en Madrid desde 1982, donde ejerce una práctica analítica privada. Es AME de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis y coordinador del Nuevo Centro de Estudios de Psicoanálisis del Instituto del Campo Freudiano. Ha publicado más de un centenar de artículos en España, Inglaterra, Francia, Argentina y Brasil.
(Intervención en la ELP-Madrid, 19 de mayo de 2006)

Poco después de haber aceptado la invitación a participar esta noche en una conversación sobre el tema de Periodismo y Verdad, comprendí que mi respuesta había sido un tanto irresponsable. Mis conocimientos sobre periodismo no van más allá que el de cualquier lector de periódicos, y las opiniones personales que pueda yo tener sobre esta materia no creo que  sean de interés para nadie. No obstante, si a pesar de todo, y con los debidos ruegos de indulgencia por parte de ustedes, he decidido asistir a este debate, es porque soy psicoanalista, lo cual significa que cada vez que la palabra verdad es invocada, no puedo menos que sentirme concernido. Por lo tanto, en honor a nuestro invitado de esta noche intentaré dar algunas indicaciones sobre el significado del término verdad en psicoanálisis, con el propósito de averiguar hasta qué punto esta forma de abordar la verdad presenta o no alguna concordancia con el modo en que la práctica del periodismo, noble oficio a pesar de quienes se dedican desde dentro y desde fuera a desprestigiarlo, cumple con su objetivo fundamental, que es el de informarnos.  ¿Sobre qué? He ahí la cuestión, y dejo de momento en suspenso la respuesta, en el bien entendido de que mi compañero de mesa tiene mejores conocimientos para contestar sobre este punto.
De entrada, se impone una distinción ineludible, aunque al mismo tiempo tan enorme, que apenas sirve para establecer una primera repartición del problema. El psicoanálisis se ocupa de una verdad que sólo puede concebirse en tanto privada. Con independencia de que en algunas circunstancias restringidas un caso clínico pueda darse a conocer, siempre con los debidos recaudos y disimulo de los datos, o que el psicoanalista pueda transmitir a otro un historial clínico con el fin de solicitar su consejo,  se trata de una verdad que está siempre amparada por esa atmósfera secreta en la que el analizante y el analista se reúnen para llevar a cabo esa experiencia en la que consiste un psicoanálisis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario