miércoles, 4 de agosto de 2010

¿CÓMO AMAMOS HOY?* - Segunda parte




Este texto forma parte del libro “¿Todo sobre las drogas?” de Ernesto S. Sinatra, (págs.156/164) Director de la Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL) Psicoanalista, Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP); co-fundador del TYA (red de Toxicomanía y Alcoholismo) y autor de "Consecuencias del psicoanálisis" (Anáfora, 1991); "¿Por qué los hombres son como son?" (Atuel, 1993); "La racionalidad del psicoanálisis" (Plural, 1996); "Más allá de las drogas" (Plural, 2000);"De los conceptos a los matemas" (Cuad.del ICBA, 2001); "Nosotros, los hombres" (Tres Haches,2003); "Las entrevistas preliminares y la entrada en análisis" (C.ICBA 2004); "Las neurosis -jeroglíficos, blasones, laberintos" (C.ICBA, 2009) y "¿Todo sobre las drogas?" (Grama Ediciones, 2010)


El trabajo analítico en esta dirección intentará resituar las coordenadas singulares de cada individuo para que advenga sujeto del inconsciente1. La operación transferencial, por la vía del amor al saber ofrecerá la coartada para dar tratamiento al goce des-localizado, pero derramado en el organismo.



De la irrupción de goce sin ligazón, des-localizado por el sufrimiento que ha tomado la carne y el pensamiento, a la re-localización del goce en el cuerpo configurado por la re-libidinización de los bordes pulsionales, haciendo existir el inconsciente por la vía de lo que los analistas llamamos el objeto a , invención del doctor Lacan para dar cuenta de la paradójica satisfacción humana que se apodera de trozos del cuerpo desde los cuales podemos arribar a la elucidación de la causa del deseo para, entonces sí, aliviar el sufrimiento.


Por ello se trata para nosotros de una decisión, trazada en nombre del deseo del analista, ya no en la espera tradicional y nostálgica de un padre que responda. Ese padre, el de la tradición, el de las pretendidas garantías infinitas, él ya no existe y no podremos revivirlo.


Hacer función de objeto para el analista es no dejarse tomar por el representante representativo del amo de turno, rehusar a transformarse en ‘agente del marketing de la industria’. Hacer función de objeto para cada analista es nuestra vía para responder a la neurosis de masas, para no hacer nosotros, a su vez, masa con las neurosis en el nombre del padre. Responder así a la presión del mercado que intenta que consumamos sus medicamentos, que usemos de un modo a-crítico sus instituciones normativizantes, que acatemos ciegamente a sus diagnósticos automáticos, recordando que en cada norma que se intenta aplicar en el nombre del bien común nunca se explicita que lo primero que se espera de la norma que se aplica es que a ella se obedezca, pues el goce de su aplicación siempre es acumulación de poder, aunque aquél que la aplique no tenga de ello ni la menor idea2.


Queremos analistas advertidos –junto a psiquiatras decididos– para respetar la subjetividad cada vez más amenazada por la normativización del mercado consumista que empuja a la soledad globalizada, en la paradoja de inundar los escaparates de las tiendas con innúmeros productos de la mano de la tecnología más avanzada.


Pero ¿y el amor -más allá de su localización en Internet, al que ya hicimos referencia- donde encontrarlo hoy?

No hay comentarios:

Publicar un comentario