miércoles, 14 de mayo de 2014

Sujetos autistas: El nuevo Golem del cognitivismo*- Primera Parte

* por Esteban Stringa


La importancia dada al cerebro como asiento de las actividades mentales desde los años ´70 ha medicalizado la psiquiatría. El conocimiento de lo real de una enfermedad, construido con las relaciones del funcionamiento neuro-bio-químico, ya no surge de la clínica sino de la dependencia del síntoma respecto del ideal de lo real, de un real optimizado como un funcionamiento y sometido al cálculo.1 Desde los años ´80 tanto el diagnóstico como el tratamiento se centran en la insuficiencia respecto del funcionamiento antes que en los conflictos que evoca la hipótesis del inconsciente.2
El autismo ha pasado de ser un cuadro caracterizado por las dificultades de “interacción personal” y “adaptación social” para convertirse en un “trastorno generalizado del desarrollo” (neuro-bio-psico-…) referido a “déficits cognitivos”.3 Una de las hipótesis respecto de su etiología se construyó a partir de la detección, en un número pequeño de niños autistas, de un incremento de los niveles periféricos de serotonina y de que se sabía que es en los tres primeros años de vida cuando se da la inervación serotoninérgica de la corteza cerebral y del sistema límbico. Como hay evidencia de que la amígdala es una de las estructuras límbicas ligada a procesos de aprendizaje y al reconocimiento del significado emocional y social del lenguaje, atribuyeron la etiología a su disfuncionamiento.4 Infieren que están implicados los mecanismos de neurotransmisión serotoninérgicos de la amígdala aunque no se sepa cómo se llega a esa perturbación por lo que, además de que para el mecanicismo implícito en esta hipótesis es una grave falla que no haya una proposición escrita de la causa, ningún tratamiento basado en este conocimiento será causal.
Es con las técnicas de imagen usadas, tomografías o resonancias magnéticas, que correlacionan, a partir de un experimento “funcional”, una determinada imagen de una zona del cerebro, como la amígdala, en la que predomina determinado signo neurobioquímico, con la función que estaría en déficit. Las correlaciones, medidas del grado de interdependencia existente entre dos variables en un experimento aleatorio, no “miden” que un valor sea causa del otro sino que sólo dicen que se dan al mismo tiempo.5 Para el autismo, además, las correlaciones encontradas no se dan en todos los casos. Aun así concluyen que si las imágenes encontradas en algunos casos son las mismas, la causa sería la misma para todos.
1 Miller, J.-A., Curso de la Orientación Lacaniana: “El lugar y el lazo”, inédito, clase del 21 de marzo de 2001.
2 Íbidem.
3 Mardomingo, M.J., “Neurobiología del espectrum autista”, www.familianova-schola.com, España, 2002.
4 Íbidem.
5 Rojas Lagarde, A., Bach, R.M., Introducción a la probabilidad y estadística, EUCA, Bs.As., 1978, pag. 318-335.

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