miércoles, 20 de noviembre de 2013

CABALLERO INEXISTENTE * - Primera parte

 * de Gabriel Peskin


Semblante.

D. tiene 60 años. Se presenta como el Caballero Inexistente. Es un cuento de Italo Calvino sobre un caballero que era solo una armadura sin cuerpo adentro. Sin ninguna necesidad corporal, no duerme, no come. Todo el tiempo estaba ocupado con su armadura. Debía estar prolija y  correcta. Ocupado también con el orden del campamento, las cosas de los demás caballeros debían estar prolijas y correctas. 
Es un ejemplo de lucidez en cuanto a qué es el semblante, la apariencia. Ese armado de simbólico e imaginario que da su cara a lo real. Lo que cubre a su  vez para aquel que no es psicótico lo real, lo real del goce  del cuerpo. La lucidez de Calvino es la inversa a la del psicótico. Separa el semblante de lo real y lo deja sin el cuerpo de goce que viene a cubrir. Deja solo las formas del yo ideal frente al Ideal del Yo. 
D no cree en los semblantes,  sus agudas ironías esta basadas en esa crudeza de ver a la gente más allá del semblante. La  gente en su crudeza.
El conoce su propio semblante y como funciona en la gente. La gente cree en el semblante que él presenta, entretanto el mismo esta desconectado de su propio semblante. A él no le dice nada, no le significa nada. El dice de sí mismo que es un Zelig. Donde lo pongan se adapta y cae bien.
D es una armadura sin cuerpo adentro, un semblante sin cuerpo detrás. Es una burbuja,  él es nada, los demás ven alguien en él. Un famoso poeta de Tel Aviv alrededor del cual algunos se reunían en un café dijo de  él que es el Hamlet perfecto.
Otro dijo que es el hombre sartriano perfecto. A menudo encuentra gente que les cambió la vida algo que él dijo. D no guarda ningún recuerdo de qué dijo. Tampoco de su paso por instituciones en las que dio cursos y control. Lo eligieron como el mas humano, cálido y agradable docente. Cuando me lo dice se encoge de hombros.
Propongo para el caso de D. el semblante como un síntoma porque es lo que le permitió anudar los tres registros,  estar en alguna forma de equilibrio y de relación social. Le permitió ubicarse en un discurso social, circular por la sociedad con éxito notable, D no pasa desapercibido. Ha circulado por instituciones, escrito artículos que él no los piensa, escribe automáticamente y no relee. Dice que no sabe pensar, relacionar ideas. Toma prestado de otros el pensamiento y el los sabe decir. Ha frecuentado grupos de elite de Tel Aviv, grupos intelectuales, artísticos y periodísticos.  Nada  de eso tuvo permanencia, cuando deja algo desaparece sin que le quede ninguna marca. Hoy en día después de una serie de cortes de lazos sociales están reducidos a un mínimo. Hoy en día vive aislado, cortado de los vínculos con la gente. En su casa todo el día con sus dos perras es como puede estar.
Dice que en sus tiempos mejores es como la novela “El retrato de Dorian Gray”.  La madre le contó la novela: a Dorian Gray le han pintado un retrato que oculta a los ojos del mundo, el retrato envejece y se afea con el paso del tiempo y los actos inmorales de Dorian. En tanto Dorian es siempre joven y hermoso. D ya  no se ve joven y hermoso, en realidad no se mira en los espejos, lo evita.



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