miércoles, 15 de enero de 2014
Testigo de una psicosis * - Primera parte
* Por Lic. Romina Giavino
“¿Cuál
es esa parte, en el sujeto, que habla? El análisis dice: es el
inconciente. Naturalmente, para que la pregunta tenga sentido, es
necesario haber admitido que el inconciente es algo que habla en el
sujeto, más allá del sujeto, e incluso cuando el sujeto no lo sabe,
y que dice más de lo que supone. El análisis dice que en la
psicosis eso es lo que habla”
J.
Lacan, El Otro y la psicosis, Sem. 3
Secretario
del alienado es la posición del analista que refiere Lacan de cómo
escuchar al sujeto psicótico. Él refiere que “por perturbadas que
pueden ser sus relaciones con el mundo exterior, quizás su
testimonio guarda de todos modos su valori”.
Ser su secretario es hacer un vacío para que el psicótico deje allí
el testimonio de su locura. Ubicarse como un otro Otro y no como Otro
del Otro, ya que daría lugar a ser tomado como el Otro gozador. Ser
testigo, dice Soler “esto es poco y es mucho ii”.
Es mucho escuchar como secretario, no sabiendo, no gozando, y
especialmente alojando la singularidad del sujeto. Es poco si no
alcanza para civilizar al exceso de goce en lo real, resultante por
la forclusión del Nombre del Padre. Por lo tanto, orientar el goce,
ya que el sujeto psicótico toma a su cargo “solitariamente iii”
la elaboración de los retornos en lo real para intentar hacerlo
soportable. A esto Soler lo llama justamente el trabajo de la
psicosis, a diferencia del trabajo de la transferencia en la
neurosis, por el autotratamiento al goce no reprimido en la psicosis,
las soluciones que inventa sin un otro, en contracara a la
transferencia que sí puede establecer el neurótico en su análisis
con un “Otro hecho objetoiv”,
en una estructura donde se puede ubicar el significante Nombre del
Padre articulado en la cadena, lo que funciona como limitación al
goce.
Tomar
nota de su psicosis, es a lo que apunté cuando M viene a consultar
por primera vez. Tiene 30 años y llega al equipo por la demanda de
Acompañamiento Terapéutico por parte de su familia y luego de
concluida la entrevista, su demanda es de “empezar con la
psicóloga” y no aun con el AT. Así comienzo a verla en
consultorio, donde me pregunto de qué se trata su demanda. Durante
las entrevistas preliminares con M, no se trataba de una
transformación de la demanda, que articulada en la transferencia, se
oriente a una demanda de verdad. En ese caso habría un sujeto del
inconciente, donde operó la castración simbólica civilizando lo
real del goce. En cambio en la clínica de la psicosis, lo real del
goce no recibe “un tratamiento preliminar agenciado por la
operatividad de la metáfora paternav”.
Recalcati señala que entonces la cuestión preliminar en las
psicosis, como condición, es introducir una posible regulación del
goce que opere como suplencia del NP. A su vez ésta es la cura
misma.
Lacan J., “Clase 16:
Secretarios del alienado”, en Seminario
3: Las Psicosis
Soler C., “¿Qué
lugar para el analista?”, en Estudios
sobre las psicosis
Soler C., “El
trabajo de la psicosis”, en Estudios
sobre las psicosis
Soler, ídem.
Recalcati M., “La
cuestión preliminar en la época del Otro que no existe”, en
Virtualia n° 10
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