miércoles, 25 de abril de 2012

LA VIOLENCIA COTIDIANA* - Quinta parte

*Pablo Fridman (AP- EOL) – Artículo publicado en el Aperiódico Psicoanalítico

La idea de un ideal basado en una armonía homogénea, que pone el énfasis en la adaptación compulsiva a dicha armonía, requiere de una cultura solidaria del “estado de excepción”, de las medidas excepcionales a favor de un acuerdo imposible e inexistente, que en los hechos produce una sociedad que controla los cuerpos y sus modos de existencia, al modo de lo que Michel Foucault llamaba “la sociedad del biopoder” .

El acento adaptativo corresponde a la época del ascenso del objeto a al cenit social, como la imagen del objeto a que comanda, eso falla, como lo señala Jacques-Alain Miller . Es el modo sintomático de predicar un orden que ya se sabe fracasado. Se trata de un pretendido ateoricismo (“los mercados funcionan solos”) que se sostiene en un cinismo disfrazado de cientificismo, cuando la intención es borrar de la cultura el malestar que conlleva por instituirse como tal, el malestar que le es inherente por “insuficiencia de las normas”  que rigen las relaciones entre las personas.

miércoles, 18 de abril de 2012

LA VIOLENCIA COTIDIANA* - Cuarta parte

*Pablo Fridman (AP- EOL) – Artículo publicado en el Aperiódico Psicoanalítico

¿Cómo son los vínculos humanos en el “Estado de Excepción”? El “estado de excepción” abre a la arbitrariedad de la ley, y así, consuma su esencia: la ley es, por definición, en esencia arbitraria. Se trata de un ideal superyoico que fuerza a una supuesta armonía, bajo la consigna de que si en la democracia todo puede expresarse, esto, eventualmente, debe ser defendido con medidas de excepción, que impiden (por fuerza), esa misma expresión. Es la paradoja que denuncia Freud en el “Malestar en la Cultura”: la paz se preserva con la sangre.

Como lo señala Eric Laurent: “Así pues, lejos de asistir a la expansión de una política entendida como mecanismo de arbitraje y respeto a las normas, vemos expandirse el estado de excepción.”  Para Slavoj Zizek, la imagen última del tratamiento actual del homo sacer, es un avión de guerra sobrevolando el cielo, del cual no se está seguro que va a caer: bombas o paquetes de comida . Esta observación es tomada de la guerra de Afganistán, cuando luego, o antes, de un bombardeo, pasan aviones norteamericanos que dejan caer medicamentos y provisiones (“reparan” el daño que otros aviones norteamericanos han hecho).

El estado de excepción es, en definitiva, para la preservación y expansión de los bienes. El discurso capitalista, tal como Jacques Lacan lo enuncia, es un dispositivo para, por medio del saber científico, promover la producción de objetos, objetos de consumo. Ante cualquier desperfecto (guerras, hambre, diferencias culturales, etc.), la máquina de producción de objetos restablece su objetivo principal. No se trata aquí de estigmatizar la actividad mercantil, desde una posición que podría pensarse como romántica, sino de advertir las consecuencias en la cultura de situar el lazo de discurso en función de la producción de objetos. Se trata de la maquina que no para, desencadenada, desligada del Otro. En la mayoría de los homicidios actuales la vida de la víctima se interpone respecto de la apropiación violenta de los objetos, por tanto la vida pasa a segundo plano respecto del uso de los objetos. No son homicidios pasionales, o por venganza, o políticos, etc. Al menguar las grandes convicciones de la modernidad, cambian los móviles de la violencia cotidiana. Por otra parte, también es casi un lugar común decir que en la delincuencia se han perdido los “códigos”, la violencia arbitraria es una constante.

miércoles, 11 de abril de 2012

LA VIOLENCIA COTIDIANA* - tercera parte

*Pablo Fridman (AP- EOL) – Artículo publicado en el Aperiódico Psicoanalítico

Los proyectos biopolíticos, o sea los que ponen la política al servicio de “como se debe vivir”, generan proyectos llamados tanatopolíticos , que matan por el “como se debe vivir” a los que no cumplen con los designios establecidos (es matar por el bien vivir, paradójicamente). Se trata de absolutizar, y normatizar, de hacer un “para todos” del criterio de lo que significa para cada uno “vivir bien”, haciendo de esta variable, una norma general. Es un ejemplo paradigmático extremo de estas premisas el proyecto nazi, que debe eliminar a los “impuros” para curar de su sola presencia a la sociedad alemana, para restablecer la pureza perdida. Es una lógica similar la que ha detentado el Proceso Militar en la Argentina, donde la idea ha sido la “aniquilación” del enemigo, a tal punto de sustraer, de secuestrar indefinidamente, a los hijos de las víctimas: había que hacer desaparecer todo rastro del otro. Aun así existen diferencias entre los proyectos tanatopolíticos del tipo nazi (que buscan por medio de la extinción de algunos la preservación de la pureza), de los proyectos tanatopolíticos actuales: las guerras preventivas por seguridad (que por la vía de una supuesta defensa del terrorismo, apuntan a la expansión de mercados económicos globales).

Lo paradójico de la época actual es que simultáneamente a una compulsión a la adaptación a un orden general, globalizado, se genera un continuo “estado de excepción” (como el mismo Giorgio Agamben lo destaca ), lo que implica arrasar las particularidades subjetivas. El estado de excepción, más que una simple laguna normativa, es la apertura de un vacío legal que se convierte en norma. Es la suspensión de las leyes en función de un objetivo aparentemente superior, como, por ejemplo, las guerras, los golpes de estado, etc. El objetivo superior, las necesidades expansivas, no se detienen por el pacto de las leyes, por el contrario, la legalidad es un estorbo.

miércoles, 4 de abril de 2012

LA VIOLENCIA COTIDIANA* - Segunda parte

*Pablo Fridman (AP- EOL) – Artículo publicado en el Aperiódico Psicoanalítico

¿Cómo tratar, entonces, la diferencia? Establecer los contrastes de lo múltiple, como diferencias de lo absoluto del origen biológico de cada uno, constituye una atadura impuesta de los sujetos al cuerpo natural, al cuerpo como cuerpo orgánico genético. Por esta vía se instaura la condena al otro por haber nacido de determinada manera, y por eso, por momentos, ser un peligro potencial (musulmanes, judíos, etc.).

La lógica de las guerras preventivas parte de las ataduras de los sujetos a los cuerpos biológicos de la genética. Se trata del imperativo de adaptar, de modo compulsivo, las diferencias culturales al consumo global. Todo puede devenir objeto de consumo, hasta lo horroroso , hasta lo que genera un rechazo inevitable.

En este orden, la clínica descriptiva clásica de lo psíquico ha sido reemplazada por una disciplina normativa y adaptativa. Como lo indica Slavoj Zizek se trata del “gobierno burocrático de los expertos que culmina en la biopolítica de reducir la población a una colección de homo sacer”  (Homo Sacer es una oscura figura del derecho romano arcaico extraída por Giorgio Agamben en su obra filosófica, en que la vida humana se incluye en el orden jurídico únicamente bajo la forma de su exclusión, es la nuda vida, es decir la vida “a quien cualquiera puede dar muerte pero que es a la vez insacrificable”, es la vida de aquel que ha sido ofrendado a los dioses, pero que ha evitado el sacrificio, es la vida profanada a los dioses ). Si el criterio a emplear es el grado de adaptabilidad…, en relación a los sujetos, queda escaso margen para lo propio, lo no determinado por la norma, es decir lo que escapa a “lo normal”. Los sujetos aparentemente adaptados coexisten muchas veces con la disolución de los lazos familiares y sociales, los sujetos plenamente adaptados coexisten con la ruptura de los lazos al Otro, lazos necesarios para la vida. Jacques Lacan definía al sujeto psicótico como el “normal”, el sujeto que no puede diferenciarse de ningún modo de la norma que habita, el que no puede introducir ningún cambio, ninguna marca.