miércoles, 21 de septiembre de 2011

“Violencia en las Escuelas – Conferencia en Ushuaia del 4-4-08” * -Primera parte

 
Según pasan los años; homenaje a Jacques Lacan por Diego_Villaverde


* Por Mario Goldenberg - Psicoanalista, miembro de la EOL y la AMP

La educación y de la violencia escolar no son temas a los que me haya dedicado especialmente, sin embargo, hace varios años han despertado mi interés.
Fue una especie de casualidad lo que me llevó a abordar el tema: tenía una invitación a ver la película Elephant de Gus Van Sant en el BAFICI, no sabía realmente de qué se trataba. Ésta es una película que me impactó profundamente, relata el mismo episodio que “Bowling for Columbine”: una matanza en un colegio secundario en Estados Unidos.
Tiempo después,  aconteció en nuestro país el episodio de Carmen de Patagones, que fue un caso de violencia escolar fuera de lo común.
 Es cierto que no tenemos acontecimientos como Virginia Tech o matanzas en colegios todos los días, sin embargo sí hay un problema de violencia en la educación argentina que se ha constituido en un problema político hasta para el Ministerio de Educación. Me pareció interesante que la gente del Ministerio haya podido convocarme como psicoanalista para compartir, con otros discursos en el Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas, para pensar este tema de la violencia escolar.
Por otra parte, tuve la oportunidad de participar en el Foro Mundial de Educación en el año 2006 que realmente ha sido una experiencia muy enriquecedora y me permitió observar la particularidad del fenómeno en nuestro país, porque las matanzas en colegios o en universidades en Estados Unidos, así como en Europa, tienen que ver con un determinado contexto. En Estados Unidos es muy fácil conseguir armas, hay una cultura armamentista en la sociedad. Por eso insisto que el episodio de Patagones en nuestro país, fue un episodio excepcional.
Volviendo a la película antes mencionada, lo que  me llamó la atención, es que no hay padres. Aparece un padre al principio, alcoholizado, que es el mismo que aparece al final, pero en el resto de la película no hay padres. Se trata de dos chicos que por Internet compran armas, las reciben en su casa,  no hay nadie más que ellos. Con todo un arsenal van al colegio, llevando las armas en sus bolsos, nadie se detiene en ver que llevan. Uno le dice al otro: “… ¡Tenemos un día entero de diversión garantizada, así que divertite! ...”. En el episodio previo mientras uno toca “Para Elisa” de Beethoven, el otro está jugando con un videogame de matar enemigos. Lo interesante es que después el videogame esto mismo se pone en acto con sus compañeros de colegio. Un preceptor que había maltratado a uno, un director, un compañero que los había cargado, sin embargo no es un episodio reivindicativo, no es que van a recuperar su dignidad a partir de este acto sino que se acentúa la vertiente de la diversión. Eso es lo siniestro de la película, no hay un sentido en juego, no matan porque siguen a Hitler, o porque el demonio los está mandando a matar o porque hay un delirio, el sin sentido es lo más aterrador. Es decir que “maten por diversión”.

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